sábado, 24 de octubre de 2009

"EL PERSONAJE" y "YO": 2 Personalidades que se respetan y no interfieren entre sí

Antes de comprometerse a representar un personaje, es importante saber que hay que aprender a disociar el “YO” de “EL PERSONAJE”. La vida del “YO”, el mismo “YO” que tiene la tarea de representar a “EL PERSONAJE”, debe quedar fuera de los ensayos y de la obra, para que pueda dar paso a la vida de “EL PERSONAJE”. “EL PERSONAJE” tiene vida propia, responsabilidades, situaciones, creencias y condiciones especiales, igual “YO”, pero no necesariamente “YO” me sienta identificada con “EL PRESONAJE”, por lo que el “YO” no debe interferir en “EL PERSONAJE” dentro de los ensayos y de la obra, así como tampoco debo permitir que “EL PERSONAJE” interfiera en la vida privada del “YO”.

Sin embargo, hay actores y actrices (“YO”) que se ven en la necesidad de modificar su aspecto físico, sus expresiones, su manera de hablar, e incluso han tenido que compartir o hacer vida durante una temporada en un entorno parecido al de “EL PERSONAJE” para entender y aprender sus códigos y poder representarlo verazmente. Cuando esto sucede y termina el periodo de representación de “EL PERSONAJE”, lo normal es ver que ese “YO” se someta nuevamente a algún otro cambio en su aspecto físico para liberarse de “EL PERSONAJE” y reencontrarse nuevamente con su propio “YO”.

Como ejemplo de cambios físicos, aquí tienen fotos de Russell Crowe en la película “Gladiator” y que posteriormente engordó 30 Kg para “Body of Lies”.